martes, 7 de junio de 2011

Tesis sobre Feuerbach, de Karl Marx.

La falla fundamental de todo el materialismo precedente (incluyendo el de Feuerbach) reside en que sólo capta la cosa (Gegenstand), la realidad, lo sensible, bajo la forma del objeto (Objekt) o de la contemplación (Anschaung), no como actividad humana sensible, como práctica; no de un modo subjetivo. De ahí que el lado activo fuese desarrollado de un modo abstracto, en contraposición al materialismo, por el idealismo, el cual, naturalmente, no conoce la actividad real, sensible, en cuanto tal. Feuerbach aspira a objetos sensibles, realmente distintos de los objetos conceptuales, pero no concibe la actividad humana misma como una actividad objetiva (gegenstandliche). Por eso, en La esencia del cristianismo, sólo se considera como auténticamente humano el comportamiento teórico, y en cambio la práctica sólo se capta y se plasma bajo su sucia forma judía de manifestarse. De ahí que Feuerbach no comprenda la importancia de la actividad “revolucionaria”, de la actividad “crítico-práctica”.

jueves, 2 de junio de 2011

De la dialéctica hegeliana a la educación popular en Gramsci y Freire.

Por Sergio M. Friedemann
(Publicado en Revista Diaporías Nº 9, Marzo de 2010)

Introducción

El ser humano es esencialmente dinámico, cambiante, incompleto. Siempre está en formación, en educación permanente. Las sociedades se crean instituciones educativas para imprimirle un rumbo y una dirección a esa educación, y para transmitir saberes entre las generaciones. Para Hegel, el objetivo de la educación pública es la formación ética (Hegel, 1991: 94, 102), es decir, humanizar –sobre todo a los niños y jóvenes- en sociedad, ya que la eticidad es lo que nos articula como comunidad.[1] No sorprende por tanto que Hegel se haya dedicado fuertemente a la docencia. Fue profesor privado, profesor y rector de nivel secundario (Gymnasium), consejero escolar en la ciudad de Nuremberg, consultor del Gobierno para temas educativos y profesor universitario (Hegel, 1991: 13). Sus discursos como educador nos ofrecen una oportunidad de descifrar los vínculos posibles entre filosofía y pedagogía, mientras su concepción de sujeto es un punto de partida insoslayable para esbozar el recorrido de las ideas que desemboca en la “pedagogía del oprimido” de Paulo Freire.

Paulo Freire y el desafío y pasión por aprender. A propósito del texto: “no hay docencia sin discencia”


Paulo Freire y el desafío  y pasión por aprender
A propósito del texto: “no hay docencia sin discencia”
Oscar Jara H.[1]
Quien dice que el educador no tiene la responsabilidad de enseñar, es un demagogo o miente o es incompetente… pero la cuestión es saber si el acto de enseñar termina en sí mismo o, por el contrario, el acto de enseñar es sólo un momento fundamental del aprender…” (Paulo Freire)


En este artículo quisiera compartir ciertas ideas y convicciones en torno a algunos elementos centrales o, mejor dicho, radicales[2] de la vida y de la obra de Paulo Freire en torno al quehacer creativo del aprender: el aprendizaje como desafío; el placer por generar y construir aprendizajes; el aprendizaje como incentivador de pasión y compromiso vital con la transformación.

Antonio Gramsci I giorni del carcere